10/18/2006

Y ESTA DEPRESIÓN

Clasificado en Fabulillas por elvaledormx el Viernes 13 Octubre 2006 a las 8:07 pm

Y fue así, mis valedores, como volví a recuperar la fe en la razón humana, que andaba extraviando en aquella casa de locos. Sí, el manicomio que acabo de visitar. Ah, esos extraviados de su razón que, ausentes de este que es el mundo chato y prosaico de la realidad, a lo sonámbulo van y vienen de un rumbo a otro de su propio universo de lo irreal y distorsionado, tan real para ellos, y que ellos han forjado armónico, luminoso de magia, hechizo y encantamiento. Un mundo a la medida de un cerebro exaltado, distorsionado, feliz; el mundo de los privados de su razón. Gentil, comedido, mi guía me iba mostrando el jardín, el dispensario, los dormitorios, la población de internos, ellas y ellos. Yo, receloso, los observaba y… ah, desdichados de la enrevesada razón, soberanos de antros nebulosos donde conviven, cohabitan con su delirante ralea de alucinaciones, ellos gimientes y gesticulantes que ya a lo furtivo, ya a lo estentóreo y siempre a lo desatinado, con lo inexistente razonan sus incoherencias en el cautiverio perpetuo de la celda con barrotes de fierro, Ubre tan sólo la errante pupila que se posa en la cresta del árbol aquel, en el crestón del cerro, en la nube, el azul, la nada, el todo.
Yo, aquella humana compasión. Mi guía inició la conversación… ¡sobre un tema político!

- ¿Y qué opina usted del proyecto de nuestro presidente electo para construir el México del futuro? A mí me ha encendido tan grande esperanza..
Ahí el rechinar de dientes. Con asco y rabia intenté mandarlo al canaco ahí mismo, pero el temor a perderme en el edificio y no dar con la puerta de salida me llevó a aguantar el castigo.
‘Tero que no repita semejante estupidez”, pedí al cielo, y seguimos explorando los entresijos del edificio. Obsequioso, el guía me llevaba por celdas, jardín, corredores de un infierno donde deambulaba aquel hato de desventuras, racimo de desatinos dispersos o aborregados, distantes todos de todo. Fuera del mundo; como aquel que con desvaída sonrisa y pupilas errantes sobrelleva su locura pacífica y el que malvive sacudido por visiones de terror y el que alza su enclenque figura cimbrada de grandilocuentes delirios (que aun parece que ese no hubiese perdido la razón, sino los estribos, al modo de tantos “cuerdos ” que a grandezas imaginarias intenta compensar una íntima pequeñez). De la mano de mi guía observé al que exuda, jadeante, sus miedos nocturnos; al que adorna su cuerpo con estrambóticas galas junto al que deambula desnudo, y al risible en su solemnidad, que parecía imitar y satirizar a los cuerdos, y al que entreteje un interminable soliloquio (sugerente el vocablo) con seres inexistentes, o casi; y al que experimenta repentinos ataques de lloriqueante hilaridad o llanto a carcajadas que terminan por traicionar sus esfínteres; al de la sagrada enfermedad, la epilepsia, vecino del que dialoga con el más alias (porque, cuando cuerdo, el más acá le negó todo diálogo), y al que mira llorar a los muertos y gime con ellos. ¡Y mi guía volvió a abrir la boca.!

- Porque su proyecto transexenal 20-30 abarca el 2 mil 30, cuando la pobreza quede erradicada con ese proyecto. Chido, ¿no..?

Loco fuese y no estúpido, pensé, y seguí contemplando a los privados de su razón, y se me iban o con más fuerza pegábanme estas ganas de vivir. “Mire a esos”. Observé a aquélla sin dientes que arrulla a su criatura de hilacho, deshilachada y tan real que parece de embuste cuando le da de mamar, y a la que aguarda, canturreando bajito, el retorno de aquel bienamado que se le huyó a la mitad de una noche de amorosa locura, cordura suprema; al de las lujurias furiosas, babeantes siempre y nunca atenuadas; al loco que se sabe Napoleón y al Napoleón que se sabe loco, y al místico de las cavernosas postrimerías: muerte, juicio, infierno y gloria, él carente de juicio, sin gloria ninguna, habitante de su infierno particular y muerto sin sepultura. Los locos…

Me topé con el que reza desatinos de cara al muro contra el que ese otro solloza por sus ausentes, y al de la risas convulsas, compulsivas. Ah del loco que aúlla porque se siente al borde de la locura Ah, vidas errantes siempre en cautiverio, que pastorean sueños demenciales, ellos pastoreados por beneméritas batas blancas. Ah, mentes desacordadas, la mirada ausente y presente la babilla en los labios, y en la nariz la mucosidad, y acá la legaña verdosa, y allá la incontinencia del cuerpo.
Lástima del zafio, mi guía:
- Estado de derecho, seguridad pública y generación de empleos. No, y esa igualdad de oportunidades. Esperanzador el proyecto 20-30 con el que se nos va a construir el México del futuro.

Su tiz… Como ya habíamos salido a la calle traté de zafarme de él, cuando en eso el corredero de celadores que se nos dejan venir, pepenan a mi guía y azozobrados lo regresan al manicomio. “Se nos andaban fugando”. “Pero si es mi guía”. Y que cuál guía, loco de remate. Yo, mis valedores, volví a creer en la razón, la congruencia, la lógica. Quezque esperanza el 20-30. (Pa su.)
LA FABULILLA FUE PRESENTADA POR: LULU- COLA Y LA COLA DE LULU, QUE SIGUEN BIEN RICAS

No hay comentarios.: