9/21/2008

11 de Septiembre y 15 de Septiembre...

Armando Bartra

El Grito de Morelia y su mensaje

Nadie merece morir a la mala. Pero uno se consuela tontamente pensando que nuestros muertos de cada día murieron por algo, por andar en negocios peligrosos, quizá. Hasta para los muertos en secuestros hay una razón, por sórdida que sea. Los muertos de Morelia, en cambio, son muertos gratuitos. Murieron porque sí, porque estaban ahí y alguien tenía que morir para que recibiéramos el mensaje.

Toda muerte impuesta nos ofende, pero las muertes del Grito rebasan el umbral, nos afrentan como especie. Y esto hace aún más despreciable el uso político que el gobierno federal y sus epígonos están dando a la masacre.

Porque los mexicanos, todos, salvo un puñado de criminales, estamos unidos desde hace rato en el repudio a la barbarie. Como lo estamos en la exigencia de que el Estado cumpla con su exclusiva e indeclinable responsabilidad de dar seguridad a la ciudadanía. Nadie, absolutamente nadie, ha escatimado su condena al progresivo baño de sangre.

¿A cuenta de qué, entonces, en su discurso del 16 de septiembre de apenas 700 palabras, Calderón se refirió 20 veces a la unidad y su antónimo, la división, metiendo en el costal de “traidores a la patria” tanto a criminales ciertos que tiran granadas a la muchedumbre, como a unos presuntos divisionistas y desestabilizadores que no conformes con “opinar distinto” también “atentan contra el Estado”?

Versión insostenible, aun si la repiten todos sus corifeos mediáticos, pues sugiere que la presente administración está fracasando en su “guerra contra la delincuencia”, no por sus torpezas, sino porque los mexicanos estamos divididos y muchos discrepamos del gobierno (con la misma lógica se argumenta que la economía no crece y la pobreza sí, porque los eternos inconformes bloquean la reforma energética).

El mensaje presidencial con motivo de la masacre de Morelia es claro y ominoso: olviden que las elecciones de 2006 fueron fraudulentas, no insistan más en que la reforma energética calderonista es privatizadora, dejen de criticar la militarización del país, pues de lo contrario serán cómplices de la delincuencia, serán “desestabilizadores”, serán “traidores a la patria”.

Más grave aún que sacar raja política de la tragedia, insinuando –una vez más– que la oposición representa “un peligro para México”, es que con este discurso se sigue evadiendo el verdadero problema de la seguridad ciudadana: la batalla contra el crimen organizado se perderá –como se está perdiendo– si no rescatamos al país del naufragio económico, político y moral al que lo han llevado las últimas administraciones; se perderá fatalmente si el gobierno sigue pensando que la solución no radica en ofrecer a los jóvenes un futuro esperanzador, sino en aumentar la capacidad de fuego del Estado y para esto en la iniciativa presupuestal para 2009 propone dar más dinero a la fuerza pública y menos al campo.

Bush no fue autor de los atentados del 11 de septiembre, pero los utilizó para legitimar su prepotencia militarista. Que no nos pase lo mismo.

9/02/2008

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SALUDOS Y GRACIAS A LOS LECTORES, ESTE ESPACIO SENCILLO HA LLEGADO A LAS 50,000 VISITAS, AHORA MANDAMOS UN ABRAZO EN ESPECIAL A LOS LECTORES NACIONALES DE HUICHAPAN HIDALGO, GUANAJUATO, JALISCO, D.F., MONTERREY.

QUIÉN LO DIJERA, YA DOS AÑOS Y MILES DE VISITANTES Y LECTORES. GRACIAS OTRA VEZ Y LAS PUERTAS ABIERTAS A COMENTARIOS E INFORMACIÓN PARA TODOS.

ATTE.
crápula pérez

8/03/2008

4/27/2008

Rosario Ibarra une la brega por Pemex a su lucha por los desaparecidos

Los 16 días que permaneció tomada la tribuna del Senado, se vio a una veintena de legisladores de PRD, PT y Convergencia hacer turnos para pasar la noche en el recinto, pero en el caso de Rosario Ibarra, su presencia fue permanente. “Aquí voy a estar todo el tiempo que sea necesario”, decía siempre.

El 18 de abril pasado, una fecha “siempre dolorosa” para ella, la senadora Ibarra amaneció en el piso del Senado, dentro del movimiento de resistencia civil que protagonizaron los legisladores del Frente Amplio Progresista (FAP). Ese día se cumplieron 33 años de la detención y desaparición de su hijo, Jesús Piedra.

Doña Rosario compartió la tristeza con Rosalinda Hernández, la otra senadora que se quedó prácticamente en el recinto de Xicoténcatl, y en entrevista advirtió que en esas más de tres décadas no ha dejado de luchar.

Ha sido una batalla por encontrar a los desaparecidos de la guerra sucia de los años sesenta y setenta y posteriores, explicó, que se suma a la otra batalla que se libra en el país, para impedir que la riqueza de la nación se entregue a extranjeros, vía la privatización de Pemex.

La del 18 de abril, reveló la senadora Ibarra, fue de las muy pocas noches que no pasó en el salón de plenos de la casona de Xicoténcatl. Se fue a casa, para recordar el día de 1975 cuando Jesús Piedra fue detenido por la policía judicial de Nuevo León y luego cayó en las garras de Miguel Nassar Haro, para ser torturado y desaparecido.

“Mi vía crucis comenzó el 25 de noviembre de 1973, cuando Jesús tuvo que ir a la clandestinidad porque lo comenzaron a perseguir; hubo un tiempo en que no supe nada de él porque tenía que esconderse, hasta que lo encontraron, lo trajeron al Campo Militar Número Uno y borraron su pista.”

Recuerda que habló con el gobernador de Nuevo León, el ya fallecido Alfonso Martínez Domínguez, quien le dijo “una frase lapidaria”, aquella de que hay policías ilegales, pero necesarias.

De la detención de su hijo supo hasta el 30 de abril de 1975, cuando apareció en los periódicos de Nuevo León la noticia: “Cae Piedra Ibarra”, y a partir de ahí se desplazó al Distrito Federal, donde habló con el entonces presidente Luis Echeverría, con el procurador Pedro Ojeda Paullada, con el subsecretario de Gobernación, Fernando Gutiérrez Barrios...

En una marcha contra la designación del ex presidente Gustavo Díaz Ordaz como embajador en España, conoció a la escritora Elena Poniatowska, que se encargó de narrar su historia; se entrevistó 39 veces con Echeverría, y los años pasaron. Se encadenó fuera de la Cámara de Diputados; emprendió varias huelgas de hambre e impulsó la organización de madres y familiares de desaparecidos.

Jesús no apareció; “han pasado 33 años, pero la pena y el sufrimiento nunca terminan, tampoco el anhelo de volverlos a ver”. Sin embargo, Rosario Ibarra advierte que “ese salto maravilloso que dimos las madres de los desaparecidos, el anhelo personal de encontrar al hijo de cada quien, se transformó en el anhelo de encontrarlos a todos, de que queremos a todos.

“No he parado nunca, fui candidata a la Presidencia de la República, con las siglas del Partido Revolucionario de los Trabajadores, para denunciar por todo el país que hay desaparecidos políticos”.

Paralela a esa lucha, hoy Rosario Ibarra estará en el Zócalo, “junto con miles de mexicanos que no vamos a permitir que Felipe Calderón y su camarilla saquen una ley que busca entregar el petróleo a extranjeros”.

SALUDOS Y PETICIÓN

ESTIMADOS LECTORES DENTRO Y FUERA DEL PAÍS:

Amigos de Ecuador, Bolivia, Venezuela, E.U.A, España, Alemania, así como a los lectores nacionales que nos motivan a mantener este espacio de análisis de la situación política Mexicana casi por 2 años, a todos ustedes les solicitamos dejar comentarios, opiniones de las visiones que fuera de México se perciben de las luchas por una cuarta república y la defensa del patrimonio nacional.

Desde los confines de la muy rastreable selva de silicón:

Guanax resiste

El despertar de José Agustín Ortiz Pinchetti

Calderón tiene que eludir la discusión

La mayoría de los medios sigue las consignas de Calderón con igual disciplina que en la época de Díaz Ordaz. Pero el pueblo ha cambiado: los niveles de información y la exigencia de transparencia son infinitamente mayores que hace 40 años. Si Calderón quiere validar su propuesta, tendrá que “abrir” los medios electrónicos. Un “debate” en el Congreso que termine en mayoriteo no sería creíble y provocaría un desastre. Calderón está atrapado, tiene buenas razones para eludir una discusión abierta; déjenme darles algunas:

1. Su propuesta es vergonzante; a nadie, ni siquiera a sus más acérrimos defensores, se oculta que tiene una intención privatizadora que él intenta ocultar para no exacerbar el nacionalismo. Una discusión abierta haría patente su hipocresía y evidente la violación de la Constitución. Los juristas más respetables, e incluso la conservadora revista The Economist, coinciden en este punto.

2. No puede permitirse que se examine el origen de la quiebra técnica de Pemex. La opinión pública escudriñaría el despilfarro, la corrupción, la mala administración y el saqueo. La mayoría de los responsables impunes son miembros destacados del PAN o del PRI. Le sería peligroso que se hablara del sacrificio fiscal de Pemex. Este se debe a que el gobierno no quiere hacer una verdadera reforma fiscal. Tenemos una de las tasas tributarias más bajas del mundo (9% sin la renta petrolera). Los más ricos no pagan impuestos en México. Los 50 grupos más grandes son monopolios feudales que eluden los impuestos con una merma para el Estado de casi 500 mil millones de pesos al año.

3. Serían demasiados temas expuestos al interés público: la utilización de los excedentes petroleros, 35 mil millones de dólares con Fox, 20 mil millones con Calderón. No ha habido rendición de cuentas. No se ha dicho cómo se ha usado el fondo de estabilización. ¿Por qué no se ha invertido en 25 años en refinerías? ¿Por qué, siendo una potencia petrolera, tenemos que importar más de 30% de las gasolinas que consumimos? ¿Por qué se manipula la deuda pública y se disfraza en deuda de Pemex?

4. ¿Y la corrupción de Pemex? ¿Calderón está preparado para discutirla? No creo que le sea conveniente que se escarbe en los negocios de los Mouriños, de senadores y funcionarios involucrados en los contratos. De los crímenes, prevendas y poderes del sindicato petrolero encubiertos por Fox y Calderón.

Dedicado al Mtro. Rafael Torres Rocha