5/18/2007

Otros que se encueran.....

El Yunque muestra los dientes
Álvaro delgado

México, D.F., 14 de mayo (apro).- La derecha es, por definición, intolerante porque no tiene ideas, sino dogmas, y cuando es exhibida tal cual en el ejercicio del poder, con su ineptitud consustancial, reacciona con autoritarismo análogo, sobre todo si de periodistas se trata. Guanajuato es, hoy, el mejor ejemplo de ese talante que se extiende a todo el país.Resulta que, el viernes 11 de mayo, el secretario de Gobierno de Guanajuato, Gerardo Mosqueda Martínez, insultó y amenazó a los directores de los periódicos a.m., de León, y Correo, de la capital del estado, porque cometieron la osadía de informar sobre la reunión que --nueve días antes-- tuvo con delegados federales --la mayoría identificados con Felipe Calderón--, a quienes exigió subordinarse a las órdenes del gobernador Juan Manuel Oliva.
En el encuentro del 2 de mayo, Mosqueda Martínez recordó que Oliva pudo haber ganado la gubernatura con 700 mil votos menos de los que obtuvo, pero Calderón no hubiera oficialmente ganado la presidencia de la República sin esos votos, con lo que quiso cobrarle cuentas al gobierno federal.
Como Oliva está enojado porque Calderón no lo tomó en cuenta para la designación de delegados federales en Guanajuato, porque forman parte de la pandilla antagónica del PAN en el estado, entonces Mosqueda les “leyó la cartilla” a esos funcionarios y los quiso subordinar a sus órdenes.“Yo estoy acostumbrado a que 2 por 2 son 18, porque 2 por 2 igual a 4 no me sirve, yo quiero delegados que me den 18. No me sirve quien diga: ‘Espérame, dame tres meses, a ver qué dicen mis jefes’. Yo sé que tienen un patrón, pero yo quiero que vean por Guanajuato, porque ver por Guanajuato es ver por México”, les advirtió.“Si alguien quiere jugar por su cuenta, pues está en plena libertad, este es un estado libre y soberano, pero no nos interesa hacer rompecabezas, es muy difícil, a mí no me gustan, a mí lo que me interesa es hacer trabajo en equipo”, dijo Mosqueda.Advirtió: “Queremos aliados de primera, porque nos interesa tratarlos como lo que son, como funcionarios de primera.”Mosqueda fue prolijo en su amplia exposición ante los delegados y los periódicos a.m y Correo la recogieron en sus páginas, que luego el funcionario quiso desmentir, sobre todo el referido a la contribución de Oliva a Calderón:
“Yo lo que dije fue que en el resultado del proceso electoral en Guanajuato, el candidato, hoy gobernador, le apostó a la expectativa de los ciudadanos y en la diferencia tan altísima de votación que favoreció el triunfo de Acción Nacional, a nivel nacional.”Obviamente las palabras del funcionario tuvieron consecuencias políticas, sobre todo soterradas, y se reanudó la confrontación entre la facción de Calderón, minoritaria en Guanajuato, y la hegemónica de la que forma parte Oliva: La ultraderechista Organización Nacional del Yunque, a la que pertenece Mosqueda y cuyo seudónimo es Veckemans, en honor del belga sacerdote colaborador de la CIA y artífice del golpe de Estado a Salvador Allende.
Por ello Mosqueda --quien por cierto no es panista, sino ¡priista confeso!-- la emprendió contra Enrique Gómez, director del diario leonés a.m., y Arnoldo Cuéllar, de Correo, a quienes tildó, indistintamente, de “pendejos”, estúpidos”, “esquizofrénicos”, “faunos rastreros”, “extorsionadores”, “bueyes”, explotadores”, (y apenas se dió cuenta? jajajaja) y les advirtió que no quiere tener trato con ellos. “Yo no quiero seguir tratando con directores de medios que explotan a sus reporteros, que los manipulan, que les tasajean las notas, que les ponen cabezas a cuerpos de notas que no tienen nada que ver entre la nota y la cabeza de las mismas”, expresó Mosqueda, quien aseguró que a los reporteros se les trata “como bueyes” y les pagan poco.
Todavía insistió: “Cuando dos faunos como los que ya mencioné se empeñan en modificar la realidad, pues tendrán a un amigo secretario general de Gobierno que se empeñará en echarles una manita para regresarlos a la realidad y eso es lo que he intentado hacer hasta el día de hoy.”
¿Las expresiones de Mosqueda fueron desautorizadas por el formalmente gobernador Juan Manuel Oliva? Claro que no, porque forman parte de la estrategia de intimidar, primero, y luego, si no se obtienen los resultados disuasivos esperados, proceder de otra manera, con la represión abierta. No hay que perder de vista quién es Mosqueda Martínez: Además de estar involucrado en el asesinato de dos jóvenes en el Cerro del Cubilete, en 1975, ya como militante de El Yunque, fue coordinador general de delegaciones de la Secretaría del Trabajo con Carlos Abascal y, como tal, nombró al delegado en Coahuila, Pedro Camarillo Adame, actualmente fugitivo por ser presunto responsable de la muerte de 65 mineros de Pasta de Conchos.
Mosqueda, subsecretario con Francisco Xavier Salazar, es uno de los ideólogos y jefes de El Yunque, junto con Elías Villegas --cuyo seudónimo es “Pedro”-- vicegobernador de facto en Guanajuato, donde esa organización secreta domina todos los ámbitos de la vida pública, incluyendo la iniciativa privada, la educación y los sindicatos.
No es cosa menor la insolente conducta de Mosqueda contra los directores de ambos diarios de Guanajuato, porque representa un mensaje --ciertamente más estridente-- que del gobierno de Calderón, quien también trata de intimidar y liquidar a los críticos. No hay que olvidar que, apenas se inició la gestión federal, el vocero de Calderón, Maximiliano Cortázar, advirtió al periodista José Gutiérrez Vivó que estaba “castigado” y que la relación mejoraría “si se portaba bien”.Hay otros ejemplos de cómo Calderón, Francisco Ramírez Acuña y otros prominentes miembros del gobierno federal, como antes Vicente Fox y Marta Sahagún, amenazan, intimidan y proceden contra medios y periodistas que no les son incondicionales, a menudo por la vía del boicot publicitario, como si los recursos públicos fueran de su patrimonio.
Cierto: Calderón no es militante juramentado de El Yunque, como Mosqueda, Oliva y Manuel Espino, presidente nacional del PAN, pero son ramas del mismo tronco derechista dogmático, intolerante y represivo.Lo bueno de lo malo en el caso de Guanajuato es que Mosqueda Martínez y su jefe Oliva han hecho público el empeño represivo contra dos diarios. El embate que padecen medios y periodistas en otros estados es sordo, pero igualmente peligroso: Querétaro, Tlaxcala, Yucatán, Baja California, Jalisco, Aguascalientes y San Luis Potosí…ApuntesA propósito: Qué diferente comportamiento muestra la derecha ante las cadenas de televisión, sobre todo Televisa: Calderón, está documentado, se subordinó para asaltar la Presidencia de la República, a pesar de todas las ilegalidades, muchas de ellas cometidas en Guanajuato o en Yucatán, donde se celebra un torneo de trampas entre priistas y panistas. De los priistas ya lo sabemos: Jamás han depuesto las prácticas de defraudación. ¿Pero no era el PAN el partido de la legalidad, la moralidad y la ética política? Apenas la semana pasada platiqué con el gobernador de Yucatán, Patricio Patrón, y ante las acusaciones de que se gesta una elección de Estado el domingo 20, aseguró que su gobierno es impoluto. ¿Por qué las acusaciones cruzadas de defraudación?, le pregunté. “¡Somos un país de cínicos!” A confesión de parte…

5/08/2007

DESNUDARTE...... LA MISION


Astillero
Julio Hernández López
Con B de benganza
Represión heroica
El violín en Michoacán
Humor negro en Atenco

No es tan fácil escribir sobre el episodio gozoso del Zócalo (miles de mexicanos dispuestos a rechazar, con su piel desnuda como arma, los dogmas medievales y el conservadurismo deseoso de revanchas) mientras se ve que la historia de los héroes de Carácuaro se cae a pedazos y en su lugar emergen testimonios de violaciones graves a leyes y derechos por parte de militares con ánimos de ejemplar revancha. Héroes, en dado caso, que transitaban por una de las pocas calles importantes de la cabecera del municipio michoacano (casi en la plaza principal) sin uniforme y en un vehículo particular, de tal manera que, cuando sucedió lo que testigos han relatado a reporteros como un accidente de tránsito (real o provocado), los pobladores del lugar se fueron a dormir convencidos de que esa noche se había producido un encuentro mortal entre bandas de narcos (la rutina, pues). Felipe Calderón, sin embargo, aprovechó la oportunidad para continuar con la saga de extremos elogios a lo castrense a la menor provocación y los declaró paladines nacionales muertos en acciones épicas, aunque este sábado tres de esos cinco soldados, antes homenajeados con gran protocolo en el Distrito Federal, fueron sepultados en Morelia y sus cercanías "sin honores y con la inasistencia de autoridades militares y estatales", según nota de Marco Antonio Duarte, del diario Cambio de Michoacán.

El incidente que, según todas las notas periodísticas disponibles, tendría connotaciones más mundanas que sublimes, generó una reacción desproporcionada de los mandos militares, que enviaron a la región de Tierra Caliente a un millar de elementos, uniformados y en vehículos oficiales, para instaurar días y noches de terror. Los presidentes municipales de Carácuaro y Nocupétaro han denunciado diversas formas de agresión a ciudadanos de sus demarcaciones. Este domingo, en La Jornada, Jaime Márquez y Ernesto Martínez hilaron relatos claros de la manera en que las fuerzas armadas hicieron a un lado cualquier tinte de legalidad e instauraron un estado de represión abierta. En La Jornada de Michoacán, que dirige Juan Manuel Venegas, se dio cuenta de la denuncia del alcalde de Nicupétaro, Marco Antonio García Galindo, en el sentido de que los militares habían realizado "detenciones y tortura de mucha gente". En diversas publicaciones se habló de personas amarradas a postes e inmersas en piletas de agua para forzarlas a dar información sobre narcotraficantes. Eso sí, el gobernador del estado, de nombre Lázaro, reaccionó con gallardía digna de Augusto Pinochet o Miguel Nazar Haro, a lo que según nota del reportero Antonio Aguilera habría sido una jornada de "detenciones arbitrarias, tortura, ejercicio indebido del servicio público, allanamientos, cateos ilegales en domicilios y atentados contra la integridad física a manos del Ejército". Solidario, el gobernador Lázaro pidió a los pobladores de Carácuaro y Nocupétaro "ser muy objetivos, y no poner como pretexto situaciones que pudieran no ocurrir, con la intención de crear una cortina de humo para impedir la presencia de las fuerzas federales".

Las historias michoacanas de horror (¡ah, El violín: ¿ficción o documental?!) están emparentadas con las sucedidas a lo largo de un año en Texcoco-San Salvador Atenco, siderúrgica Lázaro Cárdenas (otra muesca en la cacha de la pistola del júnior) y Oaxaca. No están aisladas ni obedecen a lógicas distintas. Ha sido la entronización de lo represivo para enfrentar los problemas políticos y sociales a los que la clase gobernante (no sólo incapaz, sino ilegítima) no puede encarar de otra manera. Ha sido la vía de la intimidación social para frenar o retardar protestas y movilizaciones.

Por ello suceden episodios de intencional humor negro, como la emisión de una sentencia judicial desproporcionada y aberrante contra Ignacio del Valle, Felipe Alvarez y Héctor Galindo, dirigentes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra. El anuncio de los castigos sucedió justamente cuando se cumplía un año de los episodios violentos por los cuales fueron detenidos cientos de ciudadanos, pero ninguno de los muchos policías y funcionarios que participaron y ordenaron una batida represiva sin atenuantes ni disfraces. El mismo día, casi a la misma hora en que se notificó a Del Valle que, según las leyes del reino en agonía habrá de pasar 67 años en la cárcel, le era entregado en Cuernavaca el Premio Nacional de Derechos Humanos don Sergio Méndez Arceo (en ausencia física, obviamente, pero en manos más que presentes y activas de su esposa, doña Trinidad Ramírez). Al siguiente día se sabría, para continuar con las historias de humorismo institucional oscuro, que uno de los principales jefes de cárteles del narcotráfico, Ismael Higuera Guerrero, alias El Mayel, había sido condenado a escandalosa confinación tras las rejas de 18 años, casi la cuarta parte de lo asignado a los dirigentes de Atenco.

Es, en realidad, una historia de desquites y escarmientos mal escrita por el guionista de trágicos cómics autodenominado Belipe Balderón. Con B de benganza, porque a unos meses de haber tomado el poder ya no sabe el fiscal de Los Pinos otro camino más que recurrir al expediente armado (en Puebla, acompañado del góber precioso, Balderón sólo estuvo en el desfile del 5 de mayo los 28 minutos que tardaron en desfilar los contingentes militares, luego de lo cual simplemente se levantó de su asiento y se retiró sin dar explicaciones al público y recibiendo rechiflas por esa opción preferencial por lo verde). Ante ello, y viendo los desfiguros del PRD en su Consejo Nacional (los chuchos y los amalios al ataque para mermar el poder de AMLO) y a sabiendas de que hoy inicia un paro nacional indefinido de profesores no oficialistas, conviene recordar lo asentado en V de Venganza, la novela gráfica de Allan Moore y David Lloyd sobre la cual se basó una película reciente: "La gente no debe temer a sus gobiernos; los gobiernos deben temer a la gente"... Y, mientras Marcelo de los Santos crea pretextos para encarcelar a los dirigentes del frente opositor a Minera San Xavier, ¡hasta mañana, viendo que, como diría la frase coloquial de tintes zacapoaxtlas, ora sí se chingó Francia!