Ana Cristina Fox y Vazquez Roña, UN ATRACO EN GUANAJUATO

La compra y remodelación del hotel Parador San Javier, ubicado en la ciudad de Guanajuato, se complica: en las operaciones se involucra a los hijos del presidente Vicente Fox, Ana Cristina y Vicente.
Después de que el empresario Jorge Leal Kirchbach anunciara la compra de este hotel en 150 millones de pesos –y que estaría funcionando a partir de la segunda quincena de diciembre de este año– no se ha concretado la compra-venta y los empleados solicitaron la intervención del diputado local del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Arnulfo Vázquez Nieto, para que se les liquide, ya que hasta el momento no se les ha informado qué pasará con su fuente de trabajo.
Fue en junio de este año cuando Leal Kirchbach –a quien en los círculos de la hotelería del estado se le identifica como prestanombre de la familia Fox– anunció la compra del hotel Parador San Javier por un monto de 150 millones de pesos.
Entonces informó de forma espectacular que sería a mediados de diciembre cuando el hotel, ya bajo la cadena de Camino Real, estaría operando. Incluso, aseguró que las reservaciones se habían agotado para la mitad del último mes del año y enero del 2007.
También dijo que el hotel cerraría durante la primera quincena de agosto; pero no fue sino hasta un mes después, el 17 de septiembre, cuando el hotel dejó de prestar servicio para ser remodelado.
Actualmente el hotel esta prácticamente desmantelado. Se dice que se están llevando a cabo las “adecuaciones” requeridas por la empresa Camino Real, propiedad de Olegario Vázquez Raña, cadena hotelera a la cual pertenecería el hotel Parador San Javier.
Sin embargo, el hotel –que era atendido por 96 empleados– hasta el cierre de esta edición es propiedad de Guillermo Vera, pues no se ha formalizado la compra venta del inmueble. Los propios trabajadores cuentan que nunca se les informó de manera oficial sobre la venta del hotel y que todo lo supieron a través de los medios de comunicación.
Tras el cierre del hotel, el casi centenar de empleados fue obligado a tomar “vacaciones pagadas”. En más de cuatro ocasiones fueron citados para recibir su finiquito.
“Desde junio de este año nos informaron que el hotel estaba por venderse, pero que todavía no había nada seguro. Pasó el tiempo y en una ocasión Ana Cristina y Vicente Fox de la Concha –hijos del presidente Vicente Fox– estuvieron aquí. Al principio pensamos que eran unos huéspedes más, pero después vinieron más seguido; estuvieron acá para ver el edificio, y de un momento a otro se dio por vendido”, señala una de las empleadas.
Fue desde el 19 de marzo del 2005 cuando Ana Cristina visitó el Parador de San Javier y realizó un recorrido guiada por directivos del lugar. Ahí comenzaron a surgir los primeros comentarios sobre su interés en adquirirlo. En principio se pensó que iba representando a la cadena de Olegario Vázquez Raña, amigo de la pareja presidencial, firma en la que Ana Cristina Fox tiene un cargo ejecutivo.
Desde hace casi dos años Ana Cristina trabaja en la cadena Camino Real y, según declaró en enero de 2005 al periódico El Universal, su función consistía en promover los centros de consumo del hotel –los seis restaurantes del Camino Real de la ciudad de México–, así como organizar espectáculos y atender a la prensa.
Según las versiones de los trabajadores, el comprador (Jorge Leal Kirchbach) no han recibido el crédito bancario para cumplir con el contrato de compra-venta del hotel, y “nada más nos llevan con plazos, y plazos, y hasta hoy tenemos otro plazo y no sabemos cuándo”, se les liquidará o volverán al trabajo.
La preocupación llegó a tal grado que los afectados se vieron en la necesidad de recurrir al diputado local priísta Arnulfo Vázquez Nieto y solicitar su intervención. Éste se comprometió a ser “gestor” y buscar que se les liquide conforme a la ley.
En entrevista, el legislador expone que ante el rumor de que los Fox de la Concha estén detrás de la compra-venta, indagaría si cuenta con facultades para iniciar una investigación. “Lo que sí podríamos hacer es pedirle a la comisión en la Cámara de Diputados federal que nos envié la información”.
“Si ellos (Ana Cristina y Vicente) fueran los dueños, habría que ver si el recurso es lícito, si no hay nada de malo. Habría que ver, en todo caso, de dónde proviene el recurso. Los hijos del presidente y su familia tienen derecho a invertir y tienen los recursos para hacerlo. Lo que me preocupa es la situación de los empleados y que no se haya definido su situación”.
Se sabe que la compra no se ha concretado hasta la fecha, bajo el argumento de que no se cuenta aún con los recursos del crédito bancario que serviría para ello.